Declaración de Fe y Doctrinas de la CONIC
PREFACIO.
La Confraternidad de Iglesias Cristianas, A.R.
Es gente que ha sido redimida por la Sangre de Jesucristo. Para nosotros seguir a Jesucristo es lo más excelente; al hacerlo creemos que la Iglesia debe ser completa, con una variedad de ministerios que sirvan a nuestras asambleas locales.
Nuestra Confraternidad está organizada en seis departamentos generales sirven a las diferentes necesidades de nuestra gente en toda la República Mexicana. Nuestro Señor Jesucristo vivió como un siervo y fue así como él gano el título de Su trono eterno, Jesucristo fue siervo hasta la cruz. Debemos ser como nuestro Señor.
En estos Estatutos encontramos la historia, el énfasis doctrinal y gobierno de nuestra iglesia. La historia distintiva y singular, de la que nos sentimos orgullosos, es la bendita gracia de nuestro Señor la que nos ha traído hasta aquí y su misma gracia la que nos guiará a nuestro hogar celestial.
Nuestro énfasis doctrinal esta designado de tal modo que nuestro texto de estudio es la Santa Biblia, la Palabra infalible de Dios. Nuestras doctrinas básicas provienen directamente del Sagrado Libro; y demandamos a nuestros ministros que prediquen toda la Biblia. La doctrina para nosotros es fundamental para un desarrollo sólido, equilibrado y progresivo, tanto en las iglesias locales como a nivel nacional.
Nuestra teología, por lo tanto, está formulada de tal modo que mantiene el avivamiento pentecostal en el que hemos nacido y que caracterizó a la iglesia primitiva. Y creemos que es responsabilidad de cada creyente dedicar su vida por completo a cumplir la Gran Comisión. Mt. 28.18-20; Mr. 16. 15-20 y Hch.1.8
Nuestro sistema de gobierno es tanto congregacional como representativo dando a nuestras iglesias una notable medida de unidad denominacional y autonomía.
Para nosotros, el administrar los asuntos del Cuerpo de Cristo, la iglesia; es un asunto sagrado, y enfrentamos la responsabilidad con firme resolución, revestidos por la ética de La Santa Escritura «amarás al señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo». Dt.6.5; Mr.12:30,31.
Los apóstoles fueron predicando por todas partes. La gente se convirtió, fueron santificados y bautizados con el Espíritu Santo, no rehusaron unirse, en cambio formaron congregaciones locales llamadas iglesias, ordenaron Pastores y Diáconos que velaran por el bienestar espiritual de las iglesias, y confiaron en Dios para su crecimiento.
Nosotros somos herederos espirituales en el cuerpo de Cristo de este tesoro tan grande. Con el calvario a nuestras espaldas y nuestros rostros puestos como un pedernal hacia la inminente venida de Cristo, levantémonos, ya los campos están blancos para la siega. Jn.4.35. La Confraternidad de Iglesias Cristianas, A.R., en este espíritu, desea servir a nuestra generación en la Santa Voluntad de Dios.
A. CREDO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios Padre todopoderoso; creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo su Único Hijo, Nuestro Señor; quien fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo y la vida perdurable. Amén.
B. PACTO:
Nosotros, habiendo sido llamados a salir del mundo por el bendito Espíritu de Dios, y habiendo conocido los artículos de Fe de la Confraternidad de Iglesias Cristianas, AR., y creyendo que ésta es de Dios, y habiendo dado nuestros nombres por lo cual hemos llegado a ser miembros de ella de una manera solemne, y con gozo y alegría de corazón entramos en este Pacto:
Velaremos los unos por los otros por amor fraternal; nos corregiremos con mansedumbre nuestras faltas mutuamente. Nos abstendremos de conversaciones frívolas, palabras necias y burlas, y de murmurar o de difamar a alguno, especialmente a nuestros hermanos.
Daremos oído a la recomendación del apóstol Pablo de: “andar como es digno de la vocación con que hemos sido llamados, con toda humildad y mansedumbre soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz»(Ef.4.1-3), «llevaremos los unos las cargas de los otros, y cumpliremos así la ley de Cristo.»(Gá.6.2).
Atenderemos también la exhortación del apóstol: «y os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz vosotros. También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid lo bueno unos para con otros y para con todos.»(1Ts.5.12-15).
RESPUESTA:
Aceptamos la obligación de este pacto en el nombre de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
CAPITULO 1.
DECLARACIÓN DE FE.
ARTÍCULO PRIMERO. La base teológica para ser miembro de CONICAS A.R., es la siguiente:
La Biblia es nuestra única regla toda suficiente para la fe y la conducta. De aquí el resumen de nuestras doctrinas fundamentales.
A. DOCTRINAS FUNDAMENTALES
1. LA INSPIRACIÓN DE LAS ESCRITURAS. Creemos en la inspiración plenaria de las Sagradas Escrituras conocida como la Biblia compuesta por 66 libros y dividida en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. Creemos que la Biblia es La Palabra de Dios, inspirada, infalible y única norma de Fe y conducta, y la revelación total y completa del plan e historia de la redención. (2 Ti. 3.16-17; 2 P. 1.19- 21).
2. UN SOLO DIOS VERDADERO. Creemos que hay un solo Dios Vivo y Verdadero, Eterno, de infinito poder, sabiduría y bondad, creador y conservador de todas las cosas, así visibles como invisibles y en la unidad de esta Deidad, hay tres Personas de una misma sustancia, de Eterno Ser, e iguales en santidad, justicia, sabiduría, poder y dignidad: el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. (Is. 43.10,11; 2 Co.13.14; 1 Jn.5.7).
3. EL HOMBRE, SU CAÍDA Y REDENCIÓN. Creemos que el hombre fue creado bueno y recto, pues Dios dijo: «hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza», pero éste, voluntariamente fue transgresor, cayó en el pecado y su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios.
- Su Creación Divina, (Gn. 1:27; Ecl. 7:29; Mr. 10:6).
- Su Caída, (Ec. 7:29; Os. 6:7; Ro. 1:26-27).
- Su Redención, (Gn. 3:15; Ro. 5:12-21; 1ª Co. 15:22; Col. 1:13-14; He. 9:12; Ap. 5:9).
4. JESUCRISTO EL SALVADOR. Creemos que Jesucristo derramó su sangre para la salvación del hombre y la remisión de sus pecados pasados. Reconciliándolo con Dios, y dándole al pecador arrepentido una nueva vida. (Ro. 3:25; Ef. 2:1-10; 1 Jn. 3:5-10) y creemos que la Biblia menciona tres condiciones para la salvación del hombre:
- Gracia, (Hch. 15:11; 2 Co.8:9; Ef. 2:8-9; 2 Ti. 1:9).
- Arrepentimiento, (Mt.9:13; Lc. 24:47; Hch. 3:19; 17:30).
- Fe, (Hch. 26:18; Ro. 1:16-17; 4:5; Gál. 3:3-14) y así mismo creemos en una evidencia interna y externa: (Ro. 8:16; Gál. 4:5-6; 5:22-25; Ef. 4:22-24; Tit. 2:12).
5. NUESTROS SACRAMENTOS. Sacramento es una ordenanza sagrada instituida por Cristo en la cual, mediante signos sensibles se representa, sella y aplica a los creyentes la gracia de Dios en Cristo y los beneficios del Pacto de gracia; y los creyentes a su vez participando de ellos, expresan su fe y acercamiento a Dios. Como señal visible y externa contiene elementos materiales que son palpables por los sentidos.
- El Bautismo en Agua. La ordenanza del bautismo por inmersión (sepultados en Cristo) deberá observarse tal y como lo ordenan las Sagradas Escrituras, administrándose a aquellos que verdaderamente se han arrepentido de corazón y tienen verdadera fe en Cristo, como su Salvador y Señor. Confesando así públicamente que han muerto con Cristo, para resucitar juntamente con él en novedad de vida, (Mt. 3:15- 17; 28:18,19; Hch. 2:41- 42; 10:48; Ro. 6:3-14).
- La Santa Cena del Señor. La Cena del Señor, consistiendo en los elementos del pan y el vino, es el símbolo de nuestra redención y expresa nuestra participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo, (Ef. 5:30; 2ª P.1:1-4); y es un memorial de sus sufrimientos y muerte, (Mt. 26:26-29; 1ª Co. 11:24-25); así como también es escatológica, (1ª Co. 11:26).
6. EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO.Creemos que a todos los creyentes se les ha conferido el derecho y deben esperar ardientemente y buscar con vehemencia la promesa del Padre: El bautismo del Espíritu Santo y fuego, según el mandamiento de nuestro Señor.
Esta fue la experiencia normal para todos los miembros de la Iglesia primitiva. A raíz de ésta experiencia viene la dotación de poder de lo alto para la vida y para el servicio y la dispensación de los dones para usarlos en la obra del ministerio, (Lc. 24:49; Hch. 1:8; 1ª Co. 12:1-31).
- Creemos que su evidencia inicial y física, es hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo da facultad, (Mr. 16:17; Hch. 2:4; 19:6; 1ª Co. 14:2,4,18).
- Creemos que esta experiencia es distinta y subsiguiente al nuevo nacimiento, (Hch. 2:37-39; 8:12-17; 10:44-46).
- Creemos que con el Bautismo del Espíritu Santo, viene:
- Una profunda reverencia hacia Dios, (Hch. 2:43).
- Una ardiente consagración y dedicación a su obra, (Hch. 2:42) y
- Un ferviente amor a Cristo, a su Palabra y a los perdidos, (Mr. 16:20).
7. LA SANTIFICACION. Creemos lo que las Santas Escrituras enseñan, que vivamos una vida de santidad, sin la cual nadie vera al Señor. El poder del Espíritu Santo nos capacita para obedecer el mandamiento «Sed santos porque yo soy Santo». La santificación es la voluntad de Dios para los creyentes y se debe buscar con vehemencia, caminando en obediencia a la Palabra de Dios, (1ª Ts. 5:23-24; He. 12:14; 1ª P. 1:15-16).
8. LA IGLESIA. Creemos que la Iglesia es el cuerpo de Cristo, la habitación de Dios en el Espíritu, con la debida concesión de cumplir una gran misión. Cada creyente nacido en el Espíritu, es una parte integral de la Iglesia de los Primogénitos que están inscritos en los cielos, (Ef. 1:23; 2:22; He. 12:23).
9. MINISTERIO Y EVANGELISMO. Creemos en un llamamiento divino y un ministerio escrituralmente ordenado y han sido previstos por el Señor, con un triple propósito:
- La adoración a Dios, (Jn. 4:23-24).
- La evangelización del mundo, (Mr. 16:15; Hch. 1:8; y Ro. 10:14-15).
- La edificación del cuerpo de Cristo, (Mt. 28:20; Ef. 4:11-13; He. 12:23)
10. LA SANIDAD DIVINA.
Creemos que la sanidad de toda enfermedad esta incluida en la expiación y es por lo mismo un privilegio para todos los creyentes, (Is. 53:4-5; Mt. 8:16-17; Mr. 16:16-18; Stg. 5:14-16).
11. LA ESPERANZA BIENAVENTURADA Y EL RETORNO DE CRISTO. Creemos en la resurrección de los que han dormido en Cristo, y su traslación juntamente con aquellos que vivan o hayan quedado hasta la venida del Señor, que es la Bendita Esperanza de la Iglesia; y creemos también en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, inminente, personal y premilenaria; y amamos y esperamos su aparición, (1ª Ti. 4:8), y creemos en su venida de la siguiente manera:
- El Rapto de la Iglesia, (Ro. 8:23; 1 Co. 15:51-54; 1 Ts. 4:16-18; Tit. 2:12-13).
- La Segunda Venida de Cristo en Gloria, (Zac. 14:4; Mt. 24:29-30; Mr.13:24-47; Ro. 11:25-27).
12. EL REINO MILENIAL DE CRISTO.
CREEMOS:
- En el regreso visible de Cristo con sus santos, (Zac. 14:5; Ap.19:11-16).
- En la Salvación Nacional de Israel, (Ro. 11:26-27).
- En la Esperanza del Mundo, (Is. 11:1-9; Ap. 20:1-6)
13. EL JUICIO FINAL. Creemos que habrá un Juicio Final en el cual los impíos muertos serán resucitados y juzgados según sus obras. El diablo y sus ángeles, la bestia, el falso profeta y todo aquel que no sea hallado en el Libro de la Vida, serán consignados a la perdición eterna en el lago de fuego y azufre. Esta es la muerte segunda, (Mt. 25:46; Ap. 19:20; 20:10-15; 21:8).
14. CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA. Creemos y también esperamos según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia, (Is. 65:17; 66:22; 2 P. 3:13; Ap. 21:1).
- EXÉGESIS DOCTRINAL
1. EL ARREPENTIMIENTO. Arrepentimiento, (del griego, “metanoia”, de “metacon” y “noia”, mente- algo que se hace con toda la mente). La mente así concebida abarca el espíritu con referencia particular a la conciencia y voluntad y denota la decisión hecha, que hace cambiar los deseos, opiniones, actitudes y propósitos, y la conducta en la vida de la persona. La verdad aplicada interiormente produce convicción del pecado, y la conciencia despertada por tal convicción, demanda un cambio; y la voluntad Influida poderosamente por la conciencia, en vista del juicio es movida a cambiar la vida entera. Metanoia, significa arrepentimiento de toda la vida, y abandono del pecado por toda la vida, (Ro. 2:4; 2 Co. 7:10), el arrepentimiento pone el corazón en posición para creer.
2. LA FE. La fe es el resultado de la persuasión divina efectuada por las promesas de Dios. Incluye la confianza en las promesas «preciosas y grandísimas»; expresan la fidelidad de Dios en el corazón así persuadido, y la confianza es engendrada e inspirada. Las promesas son si (establecidas) y amén (cumplidas) en Él, Cristo. Él, por ellas, es el “autor de la fe en el corazón”, (He. 12:2). La confianza en Cristo y la dependencia de Él, el acto de fe que sigue al arrepentimiento, trae al corazón el conocimiento del perdón de los pecados. La fe crece por el mismo proceso que le da nacimiento o principio: Las promesas de Dios, concentradas en Cristo y cumplidas por Él. Él es el consumador de la fe.
3. LA JUSTIFICACIÓN. La justificación es el acto en el que Dios actúa como Juez Infinito declarando el alma del penitente libre de la condenación de la justa ley, está precedida por el perdón de los pecados, y seguida por la regeneración. El perdón quita la culpa del pecado, la justificación levanta la condenación causada por los pecados del alma. Dios, que es justo, justifica el alma y apoya su justa ley; su ley es recta y el alma justificada se hace recta por el mismo acto. Las dos son una, justificación y rectitud vienen de la misma palabra en el original. La justicia de la ley se cumple en «aquel que no anda conforme a la carne sino conforme al Espíritu». La justificación nos abre el camino hacia la regeneración del corazón (Ro. 5:1). El perdón, la justificación y la regeneración son por medio del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, y todas se reciben por el mismo acto de fe.
4. LA REGENERACIÓN. Regeneración. (Del griego: poligenesia, polin: de nuevo, genesia: generación). Esto quiere decir ser engendrado de nuevo. Generación se deriva de la misma palabra; también génesis. Nosotros colocamos el prefijo Re, (que quiere decir: otra vez) a la palabra, y tenemos regeneración, que quiere decir: segundo nacimiento o renacer. Nosotros llamamos a este acto: “el nuevo nacimiento». Al prefijar Re a generación, no es para referirnos al nacimiento natural, sino al nacimiento del hombre interior, que se perdió en el Edén. Allí Adán perdió la naturaleza espiritual y vino a ser hijo de Satanás, la serpiente engañadora y con él cada ser humano que es descendiente de él; y como él cayó, todos cayeron con él, todos perdieron la naturaleza divina, todos fueron vivificados en el postrer Adán-Cristo, que con su muerte en la cruz, por Él fueron potencialmente renacidos.
Esta verdad enseñaba Cristo a Nicodemo (Jn.3:3) que debía efectuarse en él. La regeneración obra un cambio en el estado natural; es decir, en el hombre interior. Y en la regeneración empezamos a vivir en Él, por Él y para Él, (Ti.3:5)
5. LA SANTIFICACIÓN. El significado primitivo de la palabra Santidad en heb. “Kadosh” es separación o apartamiento para vivir para Dios y a su servicio. Santificación es apartarse y consagrarse voluntariamente para Dios (Gn. 2:3; Éx. 19:22). En el Nuevo Testamento la Biblia dice que ‘‘la voluntad de Dios es nuestra santificación’’ (1Ts. 4:3; 5:23) del griego ‘‘Jiasmos’’purificación, estado de pureza y concuerda con el hebreo de santidad y santificación.
La manifestación fue más clara y abundante en Cristo Jesús «quien era la refulgencia de la gloria del Padre» (He.1.3). El significado de la palabra hebrea y lo equivalente en el griego y por el desarrollo histórico, entendemos que la palabra «Santidad», es la esencia fundamental y la perfección de la personalidad de Dios y su infinita plenitud. Y todo lo relacionado con Él, es santo. En el fundamento y grado constituido en esta relación nosotros somos santos; (1P.1.15,16); nuestra santidad es considerada ahora de acuerdo con la esfera de nuestra relación con Dios.
Los términos hebreo y griego aclarados anteriormente en relación con Dios, toman otros significados en la relación divina, y según se aplica a las personas y a las cosas, significa ser separadas y completamente consagradas al servicio divino.
La separación de nuestra vida pasada interior y exterior nos acondiciona para ser consagrados a Dios para siempre. La palabra original significa apropiación divina como resultado del acto de devoción. Esta apropiación nos hace santos. Es entonces que empieza a «estallar brillantemente» la santificación de la persona divina dentro de nosotros. Así venimos a ser luminarias en el mundo.
6. LA SANIDAD DIVINA. La sanidad divina, según nosotros creemos y enseñamos, es del todo un resultado de los méritos expiatorios, del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario- “… Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores… y por sus llagas fuimos nosotros curados (Is.53:4-5). Esta sanidad se efectúa por medio de la aplicación de los méritos del sacrificio, y por la fe en Él. El Espíritu Santo aplica la eficacia de la sangre sanadora a la persona enferma y afligida, que es la virtud que nos imparte la resurrección del Cristo glorificado. Esta sanidad efectuada por la Persona divina, es en respuesta solamente a la fe.
7. LA RESURRECCIÓN. Resurrección (del griego “anastosis” -de Ana- otra vez, de nuevo stasis-ponerse en pie) ponerse en pie otra vez. Y del griego “egerio”, que significa levantar, esto quiere decir, levanta cualquier cosa, como: (a) un edificio, (b) un salvador, (c) despertar del sueño. Resurrección es, «poner de pie otra vez» lo que se había caído; traer a la vida lo que había caído en la muerte, aquello que bajo a la muerte es traído a vivir otra vez. La resurrección de Cristo, es prueba y ejemplo de nuestra resurrección. Él tenía un cuerpo verdaderamente humano, exactamente como cualquier ser humano de este mundo. De allí que Cristo vivió en un cuerpo mortal, y al morir por nuestros pecados y consumar la redención, «dejo caer ese cuerpo» en la cruz. El mismo cuerpo que fue mortal, clavado en la cruz, fue el mismo que pusieron en la tumba, el mismo que se levanto en la resurrección al tercer día. Así que su resurrección es prueba de la nuestra. La forma en que Él se levantó de la muerte, ilustra la manera en que los santos serán levantados, es decir el mismo cuerpo que uno deje caer en la muerte, resucitará pero glorificado, (1Co.15:42-44; Fil. 3:20- 21).
8. EL FUTURO DE LOS CREYENTES Y LOS INCRÉDULOS. Creemos que a través de nuestra fe en Cristo, tenemos vida eterna (Jn. 3:14-16,36) y que Cristo ha preparado un lugar para los suyos en el cielo (Jn. 14:1-3). Esta es la recompensa de los justos,Antes bien, como está escrito, sino como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que dios ha preparado para los que le aman.1Co.2.9. Por terrible que ésta verdad puede parecer, creemos por las enseñanzas consistentes de la Palabra de Dios, que «el destierro eterno fuera de la presencia de Dios, y castigo sin fin (tormento) en el infierno, es la paga del pecador persistente, (Sal. 9:17; Mt. 5:22-30; 18:9; Mr. 9:43-48; Lc. 16:23-25; 2ª Ts. 1:6-9; Ap. 14:9-11; 21:7- 8).
9. DIOS Y LA TRINIDAD. Somos trinitarios en nuestra fe. No creemos en tres dioses, pero creemos que hay tres personas de una misma substancia, ser y eternidad: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. No tres dioses sino un Dios subsistente en tres personas. Los términos «trinidad» y «personas» en relación a la divinidad, aunque no se encuentran en la Biblia, son palabras en armonía con las Escrituras Sagradas, por medio de las cuales podemos tener comprensión inmediata, de la doctrina de Cristo, en cuanto al ser de Dios, para distinguir de «muchos dioses» y «muchos señores» por lo tanto podemos hablar con propiedad del Señor Nuestro Dios, que es un Señor, como una Trinidad, o como un ser en tres personas, y estar completamente de acuerdo con la Escritura. (Mt. 28:19; Lc. 3:11-22; 2a Co. 13:14; 1Jn. 5:7).
- La Divinidad del Padre. (Gn. 1:1; Jn. 17:1-5; Ap. 7:10).
- Omnipotencia: (Gn. 17:1; Dt. 3:24; Job 42:2).
- Omnisciencia: (Sal. 139:1-16; Is. 40:12-15; Ro. 8:27-29)
- Omnipresencia:(Jos. 2:11; Sal. 139:1-8; Ef. 1:23).
- La Divinidad del Hijo. (Juan 1:1; Col. 1:15-19; 2:9; Tito 3:5)
- Su nacimiento virginal. (Mt. 1:23; Lc. 1:34-35).
- Su vida Inmaculada. (He. 4:15; 7:26).
- Sus milagros. (Hch. 2:22; 10:38).
- Su obra vicaria. (Ro. 5:8; 1ª Co. 15:3).
- Su resurrección. (Mt. 28:6; Lc. 24:39; 1ª Co. 15:4).
- Su exaltación a la diestra de Dios. (Hch. 1:11; 7:55-56; He.1:3,13; 1ª P. 3:22).
- La Divinidad del Espíritu Santo. (Gn. 1:2; Hch. 5:3,4; Lucas 1:35)
- Eterno. (He. 9:14).
- Santo. (Is. 63:10; Ro. 1:4; Tit. 3:5)
- Sabio. (Jn. 14:26)
- Omnipotente. (Zac. 4:6; Hch. 1:8)
- Omnisciente. (1ª Co. 2:10-11)
- Omnipresente. (Sal. 139:7-12).
10. CRISTO. Creemos en la encarnación de Cristo a través del nacimiento virginal, el cual aceptamos sin ninguna duda, como está escrito en la Palabra de Dios, (Is.7.14; Mt.1.18-25; Lc.1:26-35). Creemos que Él era un ser humano perfecto, sin pecado, en quien habitaba totalmente toda la plenitud de la deidad, (Col. 2:9) que Él era perfecto Dios y Perfecto hombre (Jn. 1:14; 10:30). Creemos que Él vivió una vida sin pecado y murió sobre la cruz como sacrificio suficiente para nuestra salvación (He.7:26; 1P.2:24).
11. EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO Y EL HABLAR EN OTRAS LENGUAS. Creemos
que el bautismo con el Espíritu Santo es obtenible por un acto definido de apropiarse por fe de parte del cristiano santificado. (Lc. 11:13; 24:49; Hch. 1:5,8; 2:38-39).
Creemos que esta gran bendición, llena de poder para testificar de Cristo, y está disponible a todos los creyentes cuyos corazones son limpiados del pecado por la sangre de Cristo. Y la Biblia enseña que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo (1 Co. 6:19-20) y que el templo de Dios, (que son los creyentes) santo es. (1 Co. 3:16-17), también creemos que para vivir en el poder del Espíritu Santo y en su posesión uno debe continuar viviendo una vida limpia y consagrada, libre de pecado, mundanalidad y orgullo y debe evitar actitudes y acciones que puedan ofender o apagar el Espíritu Santo, (Ef. 4:29-32; 1 Ts. 5:19).
Creemos que la evidencia «inicial» (o primera) de la recepción del bautismo del Espíritu Santo es el hablar en otras lenguas como el Espíritu da que hablen (Mr. 16:17; Hch. 2:1-4; 8:17-18; 10:44-46; 19:6) tal como ocurrió en repetidas ocasiones del derramamiento del Espíritu Santo en los hechos de los apóstoles. Y distinguimos entre esta manifestación inicial y el don de lenguas, el cual es dado a cada creyente lleno del Espíritu Santo.
La Confraternidad de Iglesias Cristianas, A.R., cree en los dones del Espíritu mencionados por el apóstol Pablo en 1Co.12, 13 y 14. Creemos que son dados a la Iglesia por el Espíritu Santo, que Él tiene custodia, controla dichos dones y capacitaciones; distribuyendo y operándolos «como Él quiere». Deseamos que nuestra gente viva de tal manera bajo el control del Espíritu Santo, que estos dones puedan ser manifestados o usados a través de personas consagradas, donde y cuando sean necesarios. Pero todo para la gloria de Dios y la edificación de la Iglesia de Cristo.
12. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Creemos en la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo, inminente, personal y premilenial. La palabra «inminente» significa cercana, que es inmediata y que puede ocurrir en cualquier momento (Mt.25:31-46; Mr.13:32-37; Ti.2:13). La palabra «personal», que el Señor mismo volverá, (1Ts.4:15-18) que «el mismo Jesús que fue tomado al cielo, volverá en la misma manera como se le vio ir al cielo» (Hch.1:11). La palabra «premilenial» significa que Él volverá antes del milenio durante el cual los «benditos santos» de la «primera resurrección» vivirán y reinarán con Cristo «mil años» (Ap.20:4-6).
Habrá dos etapas en la Segunda Venida de Cristo; la primera con el propósito de levantar a sus santos que estén preparados para el rapto antes de la gran tribulación. La segunda, cuando Él volverá con sus santos a destruir los ejércitos del anticristo, a juzgar a las naciones del mundo, y a establecer el reino milenial, (Mt.25:31-33; 2 Ts.2:8; Ap. 19:11-21 y 20:1-6).
«La actitud apropiada de los cristianos acerca de la Segunda Venida, debe ser el amar su aparición (2Ti.4:8) siempre velar y orar para hallarnos dignos de escapar de las cosas que vendrán sobre la tierra durante la gran tribulación (Lc.21: 36) y fielmente ocuparse hasta que Él venga, (Lc.19:13).»
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